Lactancia materna: beneficios, mitos y verdades
Lactancia materna
La lactancia y sus inquietudes. A todas nos pasa. ¿Podré hacerlo? ¿Lo haré bien? ¿Qué pasa si decido o no puedo dar el pecho? ¿Qué pasa si mi bebé necesita un suplemento? No hay secretos para una lactancia exitosa: ten confianza en ti, ten paciencia y no te subestimes. Cada mamá y cada peque somos un mundo, tú te conoces mejor que nadie.
Y sí, es cierto que la lactancia materna es el método más natural y sano para alimentar a tu bebé. Tal y como afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS), la leche materna proporciona todos los nutrientes que tu bebé necesita, le aporta protección inmunológica y es fundamental para el desarrollo neurológico.
También es cierto que la mayoría de leches de fórmula contienen proteínas, prebióticos, probióticos y otros nutrientes propios de la leche materna que hacen que se asemejen cada vez más a nuestra leche. Así que no te agobies, son una buena alternativa.
¿Qué beneficios tiene amamantar a tu bebé?
Los expertos sanitarios recomiendan amamantar a tu peque al menos durante el primer año de vida, sobre todo los primeros 6 meses. Te contamos algunos de los beneficios:
- Los recién nacidos tienen un sistema inmunológico poco desarrollado. Necesitan defensas y las adquieren a través de los anticuerpos presentes en la leche materna. De ahí lo que muchas veces probablemente hayas oído: los bebés alimentados con la leche materna son menos propensos a sufrir infecciones y alergias.
- Ayuda al crecimiento cerebral gracias a los ácidos grasos poliinsaturados que contiene. Éstos juegan un papel clave en el crecimiento de las neuronas y en el funcionamiento del cerebro.
- Es más fácil de digerir que las leches de fórmula
- El acto de amamantar refuerza el vínculo emocional mamá-bebé.
Y sigue leyendo, porque las ventajas no se terminan aquí. Dar el pecho a tu bebé también tiene beneficios para ti. Amamantar causa un efecto relajante en nosotras, y esto tiene un impacto positivo sobre el sueño y nos ayuda a descansar mejor. ¡Descanso, eso que tanta falta nos hace a las mamás!
¿Amamantar a mi bebé será doloroso?
Cada mamá es diferente y cada una tenemos una sensibilidad diferente.
Ten en cuenta que al principio los pezones están más sensibles. Cuando tu peque empiece a succionar notarás algunas molestias. La sensación irá disminuyendo con la toma. Si ves que va a más, puede que tu bebé no se haya enganchado bien al pezón. No pasa nada, cambias de postura hasta que estéis cómodas/os.
Cuando la leche comience a subir, es posible que notes tensión o plenitud en el pecho. En este caso se recomienda alternar las posiciones de amamantamiento y así aliviar esta sensación. Y recuerda, en cualquier duda que tengas sobre lactancia, tu matrona es tu mejor aliada y quien más te puede ayudar.
¿Cómo sé que ha mamado suficiente?
La pregunta del millón. Poco a poco irás conociendo más a tu peque, pero al principio puedes guiarte por el ruido que hace al tragar la leche. Algo todavía más fácil: si notas que se relaja y tiene un buen sueño, es señal de una buena alimentación. Y algo que no falla: si ha comido bien, notarás tus pechos blandos y “vacíos”.
Y la prueba del algodón: el peso. Con una buena alimentación, deberías ir viendo aumento de peso semana tras semana. Antes de las 6 semanas de vida, un buen aumento diario está sobre los 20 g. Después, y hasta los 4 meses, unos 100-180 g semanales se considera óptimo.
¿Puedo combinar lactancia y trabajo?
¡Claro! Si debes regresar al trabajo, te recomendamos extraerte la leche una o dos veces al día. Puedes hacerlo manualmente o con un sacaleches (esto es todo un mundo y nos da para otro artículo). Después, consérvala en el congelador entre 3 y 5 días o a temperatura ambiente hasta 8 horas.
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Estás embarazada: qué esperar de cada trimestre
Felicidades mamá, bienvenida a la maternidad
Es sin duda el momento más especial de nuestras vidas. Una espera que a veces no es tan dulce como nos la pintaban porque estamos llenas de dudas e incertidumbre. Un consejo de mamá a mamá: disfrútala (pasa más rápido de lo que piensas), rodéate de compañía de la buena y pregunta todo lo que tengas que preguntar. Aquí una primera información general para empezar este viaje. ¡Agárrate que vienen curvas!
Primer trimestre del embarazo
¡El más emocionante y a la vez el que más nerviosas nos suele poner! No eres la única que quieres que pase rápido para saber que todo va por el buen camino. Algunos hitos:
La tercera semana será tu primera semana de gestación y puede que empieces a notar los primeros síntomas del embarazo. Aunque todas somos diferentes y cada una lo vivimos de una manera distinta. Incluso puedes ver cambios entre embarazo y embarazo si no es tu primero.
La cuarta semana, es el mejor momento para volver a hacerte el test y confirmar la noticia. Tranquila, no eres ni la primera ni la última en repetirte el test, nos pasa a todas. Por cierto, en esta semana el embrión suele medir entre 0,36 y 1 mm de longitud.
Ahora sí que empieza oficialmente esta maravillosa aventura. Si puedes, intenta dejar la incertidumbre de lado y celebra cada pequeño milagro que ocurre en tu cuerpo. ¡Date el capricho!
¡Y cuídate! Siempre, pero durante el embarazo más. ¡No te olvides de esto! Cuerpo y mente. Intenta descansar lo suficiente (lo sé, es difícil, pero propóntelo), comer alimentos saludables (peca de vez en cuando, no pasa nada) y mantenerte hidratada.
Y recuerda, rodéate de profesionales en quien confíes. Tu matrona y tu gine son tus mejores apoyos durante este periodo. Pregúntales lo que necesites y comparte preocupaciones. Te ayudarán.
Segundo trimestre del embarazo. ¡Lo estás haciendo genial, mamá!
Por norma general, este trimestre suele ser el más agradable para la mayoría de nosotras. Las náuseas matutinas suelen disminuir o desaparecer y es probable que nos encontremos con mucha más energía.
Y esa personita que llevamos dentro empieza a coger carrerilla y a aumentar de tamaño semana tras semana. En el segundo trimestre, tu bebé pasará de medir unos 8 cm a medir 36 cm y de pesar 30g a pesar unos 850g. Lo que viene a ser, para entendernos, “una coliflor”. Y tu tripa también será cada vez más evidente. ¡Hay que hacerle hueco!
¿Se mueve o no se mueve? Esto también nos lo solemos preguntar mucho las futuras mamás. En torno a las semanas 16 y 18 puede que empieces a notar algunos movimientos fetales. No te preocupes si no lo hace, sucederá más adelante. Y muchas veces, es más fácil percibir estos movimientos si no es nuestro primer embarazo.
La semana 19 es otra historia. El bebé crece y tiene un buen espacio para moverse, por lo que llegarás a notar las famosas pataditas. ¿Impresiona, verdad?
Por lo general, este trimestre es más tranquilo. Pero (siempre hay un pero), puede que comiences a tener alguno de los siguientes síntomas habituales de estos meses:
- Mareos
- Cambios en la pigmentación de la piel, pueden aparecer manchas o el oscurecimiento de los pezones
- Aparecen las estrías y los picores en la piel
- Calambres nocturnos
- Dolores en la zona lumbar
- Estreñimiento
Para ayudarte a sobrellevarlos, algo muy evidente, pero que no está de más recordar: buena alimentación y mantenerte activa (si los profesionales que te siguen lo consideran oportuno). A veces cuesta ponernos a hacer ejercicio durante el embarazo y el cansancio nos puede. Un pequeño esfuerzo más y verás como el cansancio disminuye y recobras energía y tienes menos dolores. Consulta con tu médico qué tipo de actividades son seguras para ti y no te olvides de escuchar a tu cuerpo. Si estás cansada, descansa, no fuerces. Caminar, nadar y practicar yoga prenatal son, en general, excelentes opciones.
3 meses para conocer a tu peque. Comienza el tercer trimestre
¡Y llegamos a la etapa final! No apta para impacientes. Este trimestre se puede hacer muy largo, sobre todo al final. ¡No podemos esperar a verle la carita! A partir de la semana 28 tu bebé podrá abrir y cerrar sus ojitos, podrá regular su temperatura corporal y dejará de depender de la temperatura del líquido amniótico. Y lo más importante, en la semana 34, tu bebé se prepara para su llegada y se coloca con la cabeza hacia abajo. Aunque no siempre.
Puede ser que llegado el término del embarazo tu bebé no esté en posición favorable. En este caso, puede que tu gine recomiende alguna maniobra o una cesárea. Recuerda, estás en las mejores manos. Intenta mantener la calma. Todo saldrá bien. Por cierto, ¿has oído hablar de la moxibustión? Esto nos da para otra entrada del blog.
En estas últimas semanas te harán algunas pruebas y revisiones específicas para controlar la frecuencia del latido del bebé, y la frecuencia y el tipo de contracciones. Son rutinarias y preventivas para afrontar tanto el parto vaginal como la cesárea. Y puede que te hagan ir más de una vez a los famosos monitores.
Los últimos días/semanas de gestación notarás diferentes señales que te harán saber que la llegada de tu bebé está cerca. La expulsión del tapón mucoso, las falsas contracciones (llamadas Braxton-Hicks) y un aumento considerable del nivel de cansancio.
Las señales definitivas de que estás de parto son las contracciones regulares que aumentan de intensidad y/o la rotura de la bolsa amniótica. Recuerda que la bolsa se puede romper tanto de golpe como de forma paulatina. Y ahora sí: el parto. Tan ansiado por unas y temido por otras.
El proceso del parto
Si eres madre primeriza, la dilatación puede llegar a durar hasta 14 horas y la salida del bebé entre 1 y 2 horas. La última parte es la expulsión de la placenta, que no durará más de 30 minutos (como siempre, cada caso es diferente). Para las mamás que ya hemos tenido más peques, el proceso puede ser más corto debido a que los tejidos son menos resistentes. Ya sabes, la típica frase que oyes tantas veces de “el camino ya está hecho”.
¿Y ya está? No, rotundamente no. Bienvenida al mundo del postparto. De nuevo, aquí tenemos para otra entrada de blog. La salud mental es crucial en esta etapa. Ya tienes aquí a tu bebé y a pesar de ser lo mejor que te ha pasado en la vida, no puedes evitar sentir tristeza o nostalgia. No eres la única, y se sale de esta. Pide ayuda, especialmente si tienes sospechas de una depresión postparto.
Aquí tienes algunas pinceladas sobre el embarazo, ese momento tan mágico y transformador para cualquier mamá. Recuerda consultar con profesionales, otras mamás y echarle un vistazo a las guías de embarazo por semanas actualmente disponibles. ¡Suerte y disfruta!
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¿Cuándo empezará a gatear mi bebé?
¿A qué edad comienzan a gatear los bebés?
Como todo con los bebés, no hay ni carreras ni competiciones. No hablamos de matemáticas, esto no es una ciencia exacta. Primero debes tener en cuenta que muchos bebés omiten esta etapa y pasan directamente a intentar caminar. Así que no te asustes, es completamente normal, ya que algunos peques no se sienten a gusto gateando.
No hay una edad concreta, pero en general tu bebé empezará a gatear entre los 6 y los 10 meses. Eso sí, cada niña o niño crece a su ritmo, por lo que comenzará a gatear cuando sea su momento.
Si sientes que algo no va bien, como siempre, consulta con tu pediatra.
Tu “trabajo” como mamá o papá será ayudar a tu bebé a dominar su nueva habilidad. Para ello, te dejamos algunos tips que te serán muy útiles en este proceso de aprendizaje mutuo.
¿Cómo sabré que está preparado o preparada para gatear?
Antes de lograr gatear, tu bebé tendrá que dominar ciertos aspectos. Lo primero, será controlar su equilibrio, fortalecer los músculos de sus piernas y coordinar sus manos y pies. Todo ello le ayudará a caminar más adelante.
Observa a tu peque y si ves algunas de las siguientes señales, es que se está preparando para gatear:
- Cuando está tumbado o tumbada se mueve constantemente.
- Si está boca abajo, suele arquear el cuello y observar a su alrededor.
- Se agarra los pies cuando lo acuestas de espaldas o se da la vuelta.
- Si está a cuatro patas, hace fuerza hacia atrás.
- Se sienta sin apoyo.
¡Importante! Una vez observes estas señales, es un buen momento para acondicionar tu casa a esta nueva etapa de tu bebé. Recuerda fijar aquellos muebles que puedan volcarse, ya que los usarán de puntos de apoyo. Guarda los objetos peligrosos, así podrá moverse de forma segura por la casa mientras aprende a gatear.
Debes tener en cuenta los diferentes tipos de gateo
¿Sabías que existen diferentes formas de gatear? Como hemos dicho anteriormente, cada bebé es un mundo, por lo que cada niña o niño gatea de la forma que más fácil o cómoda le resulte.
- El gateo normal o clásico: se apoyará sobre manos y rodillas, avanzando mientras mueve un brazo y la rodilla opuesta hacia adelante simultáneamente.
- Sentado: verás cómo estira una pierna y flexiona la otra, de esta forma avanzará arrastrándose sobre el culete; (¡siempre protegido con nuestro bálsamo!). Si tu bebé gatea de esta forma, puede que empiece a caminar un poco más tarde, sobre los 18 meses.
- Modo oso: similar al gateo normal, pero en este caso mantendrá los codos y las rodillas rectos.
- El gateo sobre la barriga: algunos bebés se desplazan arrastrándose sobre su barriguita, moviendo primeros los brazos hacia delante y después las piernas.
- El gateo de cangrejo: tu peque se mueve hacia atrás o hacia los lados, ayudándose de sus manos.
- Modo croqueta: simplemente rodará de un lado a otro. ¡Nos encanta!
¡Ojo! Puede que tu bebé utilice un estilo propio. No te preocupes si no reconoces ninguno de estos tipos de gateo en tu peque. ¡Viva el free style!
¿Cómo puedo ayudarle a gatear?
Para estimular el gateo en tu bebé lo primero es dejarle tumbado boca abajo siempre que puedas. Al estar en esta posición le ayudas a favorecer su desarrollo y evitas los aplanamientos de cabeza. También trabajará mejor la coordinación y la fuerza en los brazos.
Y recuerda, es muy importante que ayudes a tu peque. Pero es igual de relevante que no hagas las cosas por él o ella. ¿A qué nos referimos? En general, no debes hacer que se siente si aún no lo hace por su cuenta. Puedes hacerlo cuando vaya a estar contigo o quieras darle de comer, pero nunca cuando lo vayas a dejar solo/la.
Otra típica de papás y mamás que nos dejamos llevar por el entusiasmo: a veces tendemos a animarles a ponerse de pie y caminar. ¡Cuidado!, puedes provocar que se salte la etapa del gateo. Cuando llegue a los 8 o 9 meses verás que empezará a hacer intentos de levantarse por su propia cuenta, respeta sus tiempos.
Aquí te dejamos algunas ideas para una motivación natural:
- Utiliza sus juguetes u objetos favoritos para que intente llegar a ellos.
- Al jugar con tu bebé, puedes crear una pista de obstáculos con cojines u objetos seguros, de esta forma le motivarás a explorar.
- Colócate lejos de él o ella y haz que vaya hacia ti con sus juguetes favoritos. Comprueba que el camino esté libre de objetos peligrosos.
¿Qué hago si mi bebé no gatea?
Ya lo decíamos el principio. ¡Calma! Esto no es una carrera. No debes preocuparte si tu bebé no gatea, puede que lo haga más tarde o se lance a caminar directamente.
Si notas que no se mueve correctamente, que le falla la coordinación, no usa los brazos o piernas, es el momento de acudir a tu pediatra. Te ayudará a comprender mejor el proceso de crecimiento de tu bebé y detectará si hay algún problema en su desarrollo.
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El sueño del bebé: todo lo que debes saber.
Todo lo que debes saber sobre el sueño de tu bebé
¿Te preguntas si tu bebé está durmiendo lo suficiente, o cómo puedes lograr que se duerma a una hora determinada? Sobre todo al principio, es normal que tengas muchas dudas sobre cómo cuidar a tu bebé. Sin agobios. Buena noticia: no eres la única persona del universo, nos pasa a la mayoría de mamás y papás. No te preocupes, poco a poco sabrás perfectamente lo que tu bebé necesita en cada momento.
¡En esta entrada te contamos todo lo necesario para que tu bebé duerma como un angelito! Y tú también. Al principio no tendrá pautas de sueño definidas, tendrás que irlas marcando.
¿Es malo que mi hijo o hija duerma conmigo?
Primero queremos desmentir el mito de si puedes o no dormir con tu bebé, ¡claro que lo puedes hacer! La decisión debe ser consensuada entre progenitores y decidir lo mejor para quien más quieres.
Dormir juntos puede ayudarte con la alimentación y podrás estar pendiente de tu bebé mientras duerme. Una práctica común en el caso de que quieras dormir cerca de tu peque es el colecho. Es decir, dormir con el bebé. Puede ser en la misma cama o una camita especial para bebés que se une a la de los adultos. Así tienes acceso libre a tu peque.
Entre las ventajas del colecho, los especialistas señalan que los bebés suelen sentir más protección y son capaces de sentir tu calor en cada momento. Además, es una forma de estimular la lactancia materna. La comida favorece que tu bebé llore menos y pase más rato durmiendo.
Primeros pasos para dormir a mi bebé
Si quieres lograr que tu peque duerma plácidamente es muy importante que esté en un ambiente cálido, que haya tranquilidad a su alrededor y sobre todo, y esto no es fácil… que tengas mucha paciencia.
Establece una rutina a la hora de ir a la cama:
- Intenta mantener tu hogar o su habitación a una temperatura agradable, sobre los 22 grados más o menos. Es importante que se sienta en un ambiente tranquilo y acogedor.
- Puedes comenzar dándole un baño tibio, esto ayudará a que se calme y se relaje. Y por qué no, hazlo con nuestro Gel/Champú Burbujas felices, fresquito y con ingredientes naturales. Intenta que sea siempre a la misma hora, así se irá acostumbrando a tener una rutina.
- A la hora de vestir a tu bebé, utiliza ropa cómoda y que le ayude a mantener una temperatura agradable. Unos buenos mimos siempre vienen genial. Aprovecha para darle un masaje con Dulces mimos, nuestra crema hidratante.
- Es importante que cene suficiente, así dormirá durante más rato.
- Evita cualquier tipo de objeto en la cama o cuna de tu bebé.
- Apaga las luces principales y enciende una lámpara de noche, así no tendrá ningún tipo de distracción. También puedes poner música o sonidos relajantes. ¿Has probado el del secador de pelo? Funciona.
- Un último truco que te puede ayudar es envolver al bebé, de esta forma se sienten arropados y pueden durar más tiempo dormidos.
Recuerda que el número de horas de sueño de cada bebé es diferente. Depende de muchos factores, entre ellos la edad. Hasta las 6 semanas, tu bebé puede llegar a dormir hasta 20 horas diarias. Poco a poco, a medida que vaya creciendo, verás que estas horas se reducen.
¿Qué hago cuando se despierta durante la noche?
Es normal que durante el primer año tu bebé se despierte por las noches. Muchas veces sin motivo concreto. Nos gustaría poder decirte lo contrario, pero es algo que no podrás evitar.
A veces sí que hay motivos, y éstos son algunos de los más frecuentes: hambre, gases, cólicos o necesidad de contacto con su papá o mamá. Recuerda, el secreto: paciencia. No hay alternativa. Puedes probar con la leche, el chupete, una nana o un cambio de pañal.
Si nada funciona y crees que puede ser algo más, siempre es bueno acudir a tu pediatra.
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Todo sobre la Dermatitis del Pañal
¿Qué es la Dermatitis del Pañal?
Como mamá y farmacéutica me encuentro muchas veces con esta pregunta. Suele darnos quebraderos de cabeza a papás y a mamás. Una buena noticia: se puede tratar fácilmente. Y todavía mejor, se puede prevenir.
Hablamos de dermatitis del pañal al observar erupción en lo que conocemos como área del pañal. Es decir, en la porción inferior del abdomen, las nalgas, los genitales y en la parte superior de los muslos. Como seguro que ya sabes, es una afección bastante común de la piel.
¿Cómo puedo saber si mi bebé tiene dermatitis del pañal? Verás que el culete está enrojecido, hay escozor y molestias. A veces, incluso puede haber inflamación y sobreinfección en la zona.
¿Por qué mi bebé tiene dermatitis del pañal?
Existen diversas causas que pueden provocar la dermatitis del pañal. La más común es la humedad y fricción a la que está expuesta la zona del pañal. Recuerda que la piel de tu peque es muy sensible, por tanto te recomendamos que, siempre que puedas, cambies con frecuencia el pañal. Así evitarás el contacto prolongado con orina y heces, evitando que el pH de la piel ascienda y se activen las enzimas que dan lugar a la irritación de la piel.
Otras causas:
- El roce de prendas muy ajustadas que pueden provocar rojeces y sarpullidos.
- La alimentación. Ciertos alimentos pueden aumentar el pH fecal y con ello, la irritación. Presta especial atención a los episodios de diarrea, es frecuente que acabe apareciendo dermatitis del pañal.
- Reacciones a detergentes y otros productos de limpieza si utilizas pañales de tela.
- Antibióticos. La función de los antibióticos es la de “matar” a ciertas bacterias patógenas. Como daño colateral, pueden también desaparecer bacterias beneficiosas para el organismo. Esto puede provocar un crecimiento excesivo de Cándida albicans, hongo que provoca una dermatitis del pañal por levaduras o candidiasis del pañal.
Síntomas
Cuando hay una dermatitis del pañal suelen aparecer los siguientes síntomas:
- El culete, los genitales o muslos están enrojecidos o inflamados.
- Irritación en la zona del pañal.
- Irritabilidad y llanto en el bebé.
¿Cómo puedo prevenir la dermatitis del pañal?
Ya lo dice el refrán: “mejor prevenir que curar”. Mantener la zona del culete limpia y seca es la forma ideal de prevenir la dermatitis del pañal. Ya sabemos que no siempre es del todo posible, así que hay otros consejos que pueden ayudarte a cuidar la piel de tu bebé.
- Cambia los pañales sucios o húmedos con frecuencia.
- Siempre que sea posible lava la zona con agua tibia y cuando estés fuera de casa usa toallitas que no contengan alcohol.
- Seca el culete a toquecitos o déjalo secar al aire, nunca frotes.
- Y ahora es el momento en el que te tienes que acordar de nuestra crema del pañal. Aplícala con mucho mimo, cierra el pañal sin apretar demasiado y olvídate de los culetes rojos.
¿Tenemos que ir al pediatra?
Si no se trata a tiempo, sí. La dermatitis se puede complicar y dar lugar a infecciones y sobreinfecciones. Pueden aparecer fiebre, incomodidad en el bebé y llagas o erupciones en la zona. En casos avanzados, podría incluso aparecer hipopigmentación (verás la piel más clarita en alguna zona) postinflamatoria. Normalmente remite en varias semanas.
En estos casos, se requerirá diagnóstico por exploración física y tratamiento.
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Tips para mantener la habitación de tu bebé en orden
Tips para mantener la habitación de tu bebé en orden
Somos mamá y papá y sabemos lo difícil que es conciliar la vida laboral y personal con la llegada de un bebé. Mantener la casa ordenada es casi misión imposible, pues tu peque va a necesitar más cosas a medida que vaya creciendo y tú, más espacio.
Por eso, queremos compartir contigo todos aquellos trucos y tips que nos han ayudado a mantener la casa y la habitación de nuestro bebé ordenada.
Selecciona el mobiliario más adecuado
Sea cual sea el tamaño de la habitación, siempre es buena idea invertir en muebles aptos para el almacenamiento, se convertirán en tus mejores aliados para mantener un orden diario. Elige cómodas con muchos cajones, baldas para colocar en las paredes, cunas con cajones o espacios de almacenaje, etc.
El cambiador es uno de los muebles que más utilizamos durante el día, por lo que es necesario que tenga una gran capacidad de almacenaje para tener a mano todo lo importante para el cuidado de tu bebé (pañales, cremas, ropa, etc.).
Aprovecha los espacios
En la actualidad, encontramos una gran variedad de elementos contenedores que nos ayudan a crear espacios útiles y funcionales. Uno de nuestros trucos más socorridos es el de utilizar canastas, cestos, organizadores colgantes, perchas para más de una prenda, bolsas para envasar ropa al vacío, entre otros.
¿Lo has probado? Este tipo de productos te ayudará a ahorrar espacio, ordenar más rápido prendas o juguetes y disponer de todo con más facilidad.
Haz triaje con la ropa del bebé
Te aconsejamos revisar y organizar la ropa cada 2 ó 3 meses. Ya verás, cuando quieras darte cuenta habrá un montón de prendas que ya le quedarán pequeñas.
Muy útil: deja en el armario la ropa que le va bien ahora y a la que le queda poco tiempo de uso. El resto puedes guardarlo en una bolsa de embalaje al vacío y así toda su ropita se conservará en perfectas condiciones para cuando las necesites.
Crea espacios de diversión y relajación
Ya sabes que en Bálsamo Costazar somos muy fan de los mimos. No te olvides de crear un espacio de relajación y diversión que ayudará a que tu bebé se empiece a familiarizar con la habitación y lo vea como un espacio seguro. Además, es un buen truco para mantener juguetes, peluches y libros en una zona concreta y que no estén por toda la habitación.
El tip infalible ¡las etiquetas!
Tiempo: eso que tanto necesitamos y ansiamos los papás y mamás. ¿Quieres ahorrar tiempo? Un truco: utiliza las etiquetas para tener todo localizado y saber que hay dentro de cada cesta o caja. Este sistema te ayudará a encontrarlo todo mucho más rápido, y si hay otra personas que te ayudan con el cuidado de tu peque, podrán moverse por la habitación sin problemas.
Estos son algunos de los trucos que nos ayudan a mantener un orden en el día a día. ¿Tienes más? Esperamos que los encuentres útiles y te ayuden.
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